Se
ha escrito mucho sobre esos años tan difíciles en la historia de nuestro Real
Oviedo, pero yo quiero contaros mi visión de aquellos años, la visión de un
mero aficionado sin ningún poder mediático, sin ninguna forma de expresión más
que un blog, que leo yo y mis allegados.
Más
que recordar el día que bajamos a Segunda B (un 0-3 contra el Salamanca),
recuerdo nuestro último partido en Segunda, que tuvo que ser en Áviles, porque
el Tartiere lo cerraron y perdimos 1-2 ante el Levante. Recuerdo ese día porque
jugamos una pachanga algunos de los miembros del Foro Oviedin y luego muchos se
fueron a ver el partido.
Ese
verano, todos sabemos que fue muy duro, muy difícil, cada día te levantabas con
una nueva noticia y cada vez menos alegre. Todos los temores se confirmaron la
noche en la que Oli y demás “jugadorazos” que se dejaron la piel en el terreno
de juego nos bajaron a Tercera (es normal que pidieran su dinero, nadie en
nuestra empresa perdonaríamos un euro en esos casos, pero hay formas de
reclamar ese dinero, pero no quiero entrar en esos temas, quiero entrar en la
situación post-descenso).
Acto
seguido, la afición se movilizó y como todos bien
sabéis, fue Symmachiarii quien aglutinó a todo ese oviedismo, porque la FAPA
(Federación Asturiana de Peñas Azules) se fueron con el ACF .
Uno
de mis recuerdos más imborrables fueron dos. Una reunión en la sala de prensa
del Carlos Tartiere, donde estábamos no
más de 100 personas y otra con Manuel Lafuente en el Estadio, sentados en la
grada los aficionados y Lafuente contestando a todas las preguntas que le
hacíamos.
Luego
llegó lo que todos sabéis del ACF y de Gabino diciendo “yo sé lo que hay que hacer
con el fútbol en esta ciudad” (Gabino JÓDETE!!! Últimamente no cantamos mucho
eso y no debemos perder esas buenas costumbres). Y otro recuerdo que me viene a
la mente es estar en Rodiles veraneando en el camping, estar leyendo el
periódico de cuando le cambiaron el escudo al Astur CF por esa copia barata del
nuestro, y que mi padre dijera: “¿vamos mañana hasta Oviedo a renovar?” yo un
poco en tono jocoso, aunque jodido por la situación le dije “¿Por el de verdad
o por esta copia?” y creo que hasta se enfado un poco jejeje (nunca le agradecí
lo suficiente todo el oviedismo que nos inculcó a mi hermana y a mí).
Ese
año pudimos jugar gracias a que Lopera nos dejó inscribir jugadores, que
dependía de él, no nos olvidemos e hicimos un equipo un poco para ir tirando,
sin apenas pretemporada, con chavales de la cantera y cuatro locos que
quisieron firmar por el Oviedo sin saber si quiera si íbamos a pasar de
Diciembre.
El
partido que más nos marcó a todos fue el Real Oviedo – Mosconia, yo ese día no
había todavía asimilado el descenso, es como que piensas “venga, que no es
verdad, que es pretemporada”, pero recuerdo entrar al campo y romper a llorar y
no pasárseme en todo el tiempo que estuve en mi sitio sentado. El gol de Kily,
lejos de calmar mis lágrimas, las acrecentaron.
Hubo
otro partido que me marcó mucho, fue un Titánico de Laviana 1-2 Real Oviedo.
Allí en Las Tolvas, estuvo lloviendo 86 minutos de los 90 que duro el partido
(por supuesto todo el descanso también). Creo que ahí me di cuenta de que
realmente estábamos en Tercera División y de que aquello era dramáticamente
real.
Los
dos partidos contra el ACF, tanto en el Tartiere con casi 17.000 personas
animando al Oviedo y el de vuelta, cuando muchos estaban en la loma del Parque
de Invierno. Yo estaba dentro, pero guardad las cuchillas, entré por un amigo
que me dejó un carnet de árbitro y con ese carnet tenía derecho a entrar a
ciertos partidos.
A la
vez de competir en Tercera División, en campos donde se reían de ti, llevaban
camisetas del Sporting para provocarte, teníamos que lidiar con la situación
económica, que no era sencilla, ya que por poner un ejemplo rápido y sencillo,
en “El Requexón” no había agua caliente y un fontanero se ofreció para
arreglarlo y poner gas, él de su bolsillo.
Pero
es que encima, se reían de ti en tu propia ciudad, ya que estaba pululando por
ahí un equipo que quería quitarle el sitio a nuestro Real Oviedo (y en todos
los sentidos, ya que nos querían echar del Tartiere, los mismos que ahora se
auto nombran mayores oviedistas de la historia).
La
situación era dramática, pero si algo me enseñó el Oviedo, es a no rendirse
jamás y a no dejar que el mundo te pise. Aquel año no pudimos ascender a
Segunda B, el Arteixo, un equipo que de cada 100 partidos, les ganamos 99, nos
dejó otro año en los barrizales asturianos, pero también, ese año, me sentí más
oviedista que nunca en mi vida, pasó de ser un hobby a ser algo fundamental en
mi vida (siento robarte esta frase Silvia, pero es la que mejor lo expresa).
Puede
que no viera el mejor fútbol del mundo, ni a los mejores futbolistas, ni
siquiera a los rivales de más nombre, pero si vi a una afición entregada y el
Real Oviedo me demostró, cuanto lo quiero realmente.
Recuerdo
en el playoff contra el Arteixo, cuando pitó el final del partido, la gente,
llorando y diciendo “el próximo año otra vez aquí, eh?? No se rinde ni dios” y
es verdad, no se rindió ni dios. Yo iba caminando por un lateral del estadio,
porque no podía estar parado, así que me puse a pasear y cuando pito el final,
mis rodillas cedieron (no me digáis porque) y caí al suelo rendido y llorando.
Una chavalina, que alguna vez aún veo por el Tartiere, se arrodillo donde yo
estaba, me dio un abrazo y me dijo: “El año que viene será el nuestro, anímate”.
En
la temporada 2003-2004 nos demostramos a nosotros mismos lo que podemos
conseguir si nos unimos.
Ese
año, lo pasé muy mal y lo peor es que no se expresarlo con palabras, porque
creo que no existen, no puedo expresar lo que sentí a ver a mi equipo en
barrizales, ninguneado por todo el mundo, instituciones, rivales, periódicos…
Ese
año, conseguimos lo más importante y lo que más caracteriza a esta afición: NO
RENDIRNOS. Los resultados deportivos no fueron los esperados y no ascendimos a
Segunda B, pero a pesar de todo cumplimos el objetivo de aquella temporada,
sobrevivir.
Quiero
agradecer desde estas líneas a todos los que aquel año hicieron algo, por
pequeño que fuera para ayudar al Real Oviedo.
Un
saludo
PUXA
OVIEDO