domingo, 20 de marzo de 2016

Mi ilusión no tan intacta

Esta semana pasada decidí por mi propio bien no escribir nada referente al Real Oviedo, sólo quise que se me pasará el cabreo.

No se si los rumores son ciertos, no se si todo viene por odios en el "vestidor" como dice Arturo Elias, no se si Egea se llevaba bien o mal o regular con Carmelo, o con ciertos jugadores, no se nada de ese tema. Se oyen muchos rumores de jugadores que no se saben si son ciertos o no (al menos yo no lo se).

Sólo se que se echó a un entrenador que nos cogió después de perder 1-4 con el Sporting B después de uno de los mayores ridículos (por no decir el mayor) de los 90 años de historia de este club, y con tranquilidad, calma y trabajo nos subió a Segunda después de 13 años y nos tenia terceros a tres puntos de Primera. 

Pensábamos todos que esas épocas de jugadores niñatos, de directivos que jugaban sólo pensando en su beneficio personal había pasado, y no era así. Por supuesto, es una lucha menor, en comparación con todo lo que llevamos vivido en el Real Oviedo en los últimos años, pero como bien dijo Miguel Fernandi "Se acabó la magia", esa magia que me hacía bajar al Requexón a verlos entrenar, a hacerme fotos, a pedirles autógrafos (algo que no hacia desde niño), se rompió esa magia que hacía que viéramos a los jugadores como "Defensores del Escudo" dentro del terreno de juego.

El problema no es de defensa del Oviedo, no es que nos rindamos por supuesto, es que se nos calló un mito, pensábamos que estos jugadores eran diferentes, que sentían de verdad el escudo que llevaban en el pecho, y ojo, no digo todos, pero muchos de ellos me han decepcionado.

Esa confianza de saber que, pierdan o ganen sabias que lo daban todo en el campo, en los entrenamientos y resulta que por una niñería de que no te gusta tu jefe o no te llevas bien con algún compañero de trabajo (cosa que nos pasa a la gran mayoría) echas otra temporada que podía ser mágica a la basura.

Estuve en el campo del Alcorcón este fin de semana y la afición del Oviedo, que todos sabemos que cuando va de viaje es muy cantarina, apenas se la oyó.

Esperemos que las cosas cambien, que se gane a la Ponferradina, pero, sabemos que esa magia que había estos dos años, no volverá.

Un saludo.
Puxa Oviedo.

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